Punción Seca

Olvídate del dolor con esta técnica menos tradicional

La punción seca es una técnica de fisioterapia con la que se  trata ,mediante agujas, ciertas dolencias, especialmente el síndrome de dolor miofascial (músculo y fascia). Se realiza con agujas de acupuntura, esterilizadas y tan finas que prácticamente la punción no es apreciable. Su similitud con la acupuntura termina aquí, no debiendo confundirse ambas técnicas.

Es una técnica semi-invasiva porque las agujas penetran la piel en busca del PGM (Punto Gatillo Miofascial) para producir una respuesta, desactivarlo y acabar con el dolor.  Para encontrarlo, la exploración física del paciente y la palpación del músculo es vital, ya que si se reproduce el dolor del paciente esto sugiere que existe un punto gatillo. La aguja se puede considerar una extensión de los dedos del fisioterapeuta, una técnica palpatoria más, gracias al efecto “varilla”: la aguja permite apreciar los cambios en la firmeza de los tejidos atravesados.

Los PGM pueden producirse por causas muy diversas, movimientos repetitivos, corrientes frías que afectan directamente al músculo, mantener el músculo en posición acortada durante un tiempo prolongado, golpes, inyecciones, etc. Hay muchos tipos de puntos gatillo:

  • Activos:Siempre dolorosos. A la presión se desencadenan espasmos locales. Pueden producir dolor en zonas alejadas del punto. No permiten el estiramiento completo del músculo.
  • Latentes:Solo duelen a la palpación o activación muscular.
  • Claves:Son los responsables de la activación de uno o varios PGM. Al desactivarlo, desactivaremos también los satélite.
  • Satélite:PGM activado por un punto clave.

Existen 2 técnicas distintas de punción seca:

  • Punción seca superficial:Esta técnica de punción tiene como objetivo reducir el dolor local de la zona. Estimula la secreción de endorfinas mediadoras del dolor para facilitar un posterior tratamiento conservador (masoterapia, movilizaciones, etc).
  • Punción seca profunda:En este tipo de técnica la aguja se introduce hasta el vientre muscular para poder alcanzar el PGM. Una vez encontrado se busca la placa motora (unión del nervio con las fibras musculares) para provocar una respuesta de espasmo local, que inactivará el PGM y relajará el músculo.

Se trata de una técnica segura, muy rápida y muy efectiva, no obstante, se debe acompañar de otros tratamientos, siendo fundamental encontrar la causa de aparición de los PGM para que no vuelvan a aparecer.